Creación de Tocando la Marea

[Video Semillero Proceso de Creación de Palafitos CCADT]

John Erick Caicedo, director de la obra teatral Tocando la marea, montaje del grupo teatral del Semillero de Teatro por la Vida de Buenaventura junto con otras agrupaciones convocadas, en articulación con el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en la creación del informe Buenaventura, un puerto sin comunidad, comenta sobre el proceso creativo y de montaje de la obra:

El detonante de Tocando la Marea fue el pensarse cómo llevar el documento (informe Buenaventura, un puerto sin comunidad) a las comunidades. En el 2013, el documento estaba en el proceso de revisión y de los primeros borradores. Pensamos: “cuando salga el documento, ¿qué va a pasar? ¿Se va a quedar en las universidades, en los anaqueles? ¿Qué va a pasar con el documento?” Desde el área de prácticas artísticas venían haciendo (el CNMH) ejercicios de cómo acompañar esos ejercicios de publicación de los informes […]. Nosotros, acá, pensando en eso, quisimos montar una obra de teatro, pensando que somos un territorio más oral, que a la gente le entran las cosas más cuando se las cuentan. La cultura del Pacífico es tradicionalmente oral. Desde ahí comenzamos el proceso.

Estaba Héctor Micolta con Arambeé; también, un compañero, Javier, que ahora es el director del Laboratorio de Paz. Diseñamos una convocatoria. Pensamos algo grande, tipo Circo Delirio en Cali. Nos pensamos algo grande, en cómo tener en un solo escenario a las cantadoras y cantadores, a los músicos de música popular, bailarines, música urbana, actores y actrices. Algo que tuviera impacto, que todo el mundo pudiera ver la obra, que convocara la comunidad en pleno. Se convocó a varias organizaciones y llegaron setenta personas. Hicimos sensibilización al contexto, al documento, testimonios. Unos se quedaron, otros se fueron. Nos quedamos treinta y cinco personas.

[…] El trabajo fue de la observación a la expresión corporal, luego a la improvisación. De acuerdo con lo que avanzábamos, a las lecturas que hacíamos en mesa redonda para pensar un poco el por qué la obra, leíamos el documento y en la improvisación hacíamos escenas. Cada grupo cogía un tema, una historia. A partir de esas improvisaciones, los elementos que tenían más relevancia los íbamos hilando. Ahí comenzó el trabajo de dramaturgia: tejíamos lo que iba surgiendo.
Algunos de los relatos salen del libro y otros, de las experiencias que han vivido miembros del grupo. […] Hay una mezcla de lo personal y lo que hay en el documento. En últimas, es colectivo.

Lo interesante de la obra es que tiene un hilo conductor: está hecha de muchas historias. Uno podría elegir qué historia representar. Se hizo en que no fuera una obra lineal, sino con varios temas: cómo llega el conflicto armado a Buenaventura, el despojo territorial, de la desconfianza. […] Hablamos de la violencia estructural: la negación histórica del Estado con el pueblo del Pacífico. Hablamos de cómo la gente construye su barrio con reciclaje, los terrenos ganados al mar.
Quisimos que la obra en cada uno de los momentos tuviera presente la forma en cómo vivimos en el territorio: las casas palafíticas, de madera, todo el tema de los procesos comunicativos. La madera tenía que estar ahí. Decidimos que la madera no solo sería el referente, sino que se iba a convertir en parte de nosotros dentro de la obra. Iba a servir como puente, casas, medios de comunicación, el agua, la canoa, la protección, en herramientas de trabajo. El territorio pensado desde esas tablas, desde la madera que nos da el Pacífico.