“Para los gunadule la tierra es nuestra madre y nuestros territorios ancestrales son sitios sagrados. Por lo tanto cualquier agresión e interferencia que reciban nuestros resguardos, bien sea de actores armados o de empresas legales que tienen interés en apoderarse de los recursos que hay en ellos, constituye una grave amenaza para la supervivencia de nuestro pueblo y de nuestra cultura”
Plan de salvaguardia étnica del pueblo gunadule de Colombia
En región del Darién, donde se eleva imponente el cerro Dagarguna, tiene su origen la cultura del pueblo gunadule. Allí donde nace el río Maggilagundiwala, que da nombre a la comunidad del resguardo indígena de Arquía, nacieron también los primeros hombres y mujeres dule que empezaron a recorrer los caminos del babigar que narran los saglas en los cantos sagrados.
Alrededor de los cerros que anudan la serranía del Darién, en las vertientes de ríos como Arquía, Cuti, Tanela, Tolo y Acandí, se asentaron los ancestros dule que junto con las plantas sagradas como el cacao y el ají echaron raíces en el vientre de la madre tierra y germinaron la cultura gunadule sobre un territorio que se extendía por los pliegues del cerro Dagarguna en la selva del Darién y bordeaba el golfo de Urabá, desde Gunayala en el archipiélago de San Blas, hasta Ibgigundiwala en el Urabá.
“Para comprender la historia de nuestros territorios es fundamental conocer y aprender los nombres de sus ríos, montañas, islas, caños, piedras, entre otros, que han guardado celosamente relatos de la vida de la región, de nuestros mayores y las abuelas que dejaron sus huellas en el transcurrir de sus largas jornadas de travesía, buscando mejores sitios para hacer sus casas o huyendo de las guerras que producían los invasores de nuestro continente. Muchos de estos sitios, ubicados a lo largo del Golfo de Urabá ya no están habitados hoy por los dules, pero los nombres nos indican que por ahí pasaron nuestros ancestros dejando sus huellas en ríos, quebradas, montañas y playas”
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En estos territorios, donde vivieron las primeras abuelas que enseñaron a las mujeres dule a entretejer la cultura y la memoria en las capas de la mola y en los hilos de algodón de las hamacas, los gunadule enfrentaron a los colonizadores españoles y escoceses que fundaron las primeras ciudades europeas en la tierra firme del Abya Yala.
“Hasta hace medio siglo, anmar tule [nosotros los kunas] vivíamos a lo largo y ancho de esta región que llaman Urabá. Había comunidades en Onguitiwala, Etortiwala, Akanti, Caburgana, Sapsur, Sapitane, Cutty, Tigletiwala, Peye, Sagalsapi y en toda la cuenca del Kakirtiwala. Estas comunidades fueron abandonadas durante el siglo XX, sobre todo a causa de los colonos, que eran violentos, que se apoderaban de nuestros bosques y que molestaban a nuestras mujeres, pero también por las enfermedades que ellos traían. Los kunas que vivían por allá se fueron todos, unos para Caimán, otros para San Blas, pero la mayoría vinieron aquí, en Arquía. Ahora aquellas tierras tienen nombre más españoles, así, como Unguía, Río Tolo, Acandí, Capurganá, Sapzurro, Tanela, Cuti, Cuque, Tigle, Peye, Sautata, Cacarica, pero antes eran nuestras tierras“
José de Jesús Andrade. En Mauricio Alí, En estado de sitio: los kunas en Urabá, vida cotidiana de una comunidad indígena, 2010.
“Nuestros abuelos desde hace milenios han luchado por la madre tierra y hoy seguimos viviendo la misma historia. Nuestros ancestros trabajaron igual que nosotros, recordamos mucho a Inayoga, gran líder que luchó arduamente cerca del año 1935 para defender este resguardo de Ibggigundiwala. En Maggilagundiwala también tuvimos grandes hombres como Jesús Manuel, quien junto a William Smith Ogelele lucharon muy fuerte tratando de defender nuestra madre tierra y lucharon por conservar varios territorios que abarcan desde lo que hoy laman cabo tiburón has nuestro sitio sagrado Gugimur. A pesar de esa lucha nuestros territorios fueron usurpados“
Sagla de Maggilagundiwala, Anibal Padilla. En Anmal Saggi Nasinai
En la pieza audiovisual Anmal Saggi Nasinai los saglagan de las comunidades gunadulede Colombia envían una mensaje a la Corte Constitucional en el que narran su concepción del territorio y solicitan la ampliación de sus resguardos.
Anmal Saggi Nasinai. Mensaje para la Corte Constitucional de las autoridades del pueblo Guna Dule Colombia. Realización audiovisual: Germán Piffano. Producción: Pueblo gunadule de Colombia.
“La mayor parte de nuestra gente se fue hace siglos buscando otros espacios para sobrevivir de la guerra y el exterminio. Ellos se ubicaron en varias comarcas de Panamá. Allá viven ahora noventa mil hermanos gunadule. Aquí quedamos unos pocos cuidando nuestros territorios de origen y luchando por nuestros derechos y nuestra supervivencia”
Sagla de Maggilagundiwala, Anibal Padilla.
Los territorios gunadule de Colombia y Panamá estuvieron agrupados entre 1871 y 1903 en la Comarca Tulenega, una entidad producto del “Convenio celebrado por la Secretaría del Interior y Relaciones Exteriores con Ia
tribu de los indigenas Tules, moradora del Darién“.
Hoy en día los territorios gunadule de Panamá están organizados en Comarcas y los de Colombia en resguardos indígenas:
En el mapa se muestran los polígonos de los resguardos indígenas de Arquía y Caimán, tomados de portal de datos abiertos disponibles en la Agencia Nacional de Tierras de Colombia. Corregimientos de Paya y Pucurú disponibles en el censo del Smithsonian Tropical Research Insitutute y las comarcas gunayala de Panamá disponibles en Provincias del Smithsonian Torpical Reseach Institute.
“Nuestros hermanos y hermanas de las comunidades de Bugguru y Baya,
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comunidades originarias, siguen viviendo dentro del territorio ancestral de Dagalgunyala (Serranía del Darién-Panamá); el gobierno panameño no ha querido reconocer este territorio como Comarca Guna por estar dentro del parque natural, la gran biosfera del planeta. Por esta razón nuestros hermanos y hermanas pueden ser expulsados de sus territorios ancestrales porque la mentalidad colonial de nuestros gobiernos piensa que solamente en los parques naturales pueden estar los animales, las
plantas y el agua; no creen que las culturas milenarias pueden coexistir con la naturaleza, desconocen la capacidad de convivencia que el ser indígena ha tenido con ésta, pues han sido los únicos que han logrado cohabitar con el entorno desde que la humanidad comenzó a existir en esta tierra”