Cuando el camino ancestral que comunicaba las comunidades gunadule de Panamá y Colombia fue minado por los actores armados que en 2005 acabaron con la vida de cinco saglagan de Baya y Bucurú, y la comunidad de Maggilagundiwala (Arquía) se aprestaba a desplazarse forzosamente a la comarca Guna Yala de Panamá, los saglagan de las comunidades gunadule de los dos países viajaron por río, mar y tierra para reunirse a cantar en Maggilagundiwala y constituir allí el primer congreso Gunadule binacional.
“Este Congreso se realizó para darles voz de aliento, fortaleza y de apoyar para que decidieran no renunciar a su territorio ancestral que tanto esfuerzo habían trabajado sus mayores para obtener el título de resguardo. Todos los cantos que se escucharon fueron evocados a la historia de origen, la historia de los siete hermanos y de su hermana Olowagli que trabajaron con un sólo propósito en la defensa de la Madre Tierra y para ello la unidad entre ellos era una necesidad, ya que sin ello era difícil defender a su Madre; por eso la conclusión final fue la de institucionalizar cada dos años el Congreso Binacional, para que juntos como pueblo, como nación estemos pendientes de las cosas que pasen en nuestros territorios”.
Abadio Green
El primer congreso binacional y la travesía de los líderes gunadule para llegar a Maggilagundiwala en 2006 fue documentado por el antropólogo Germán Piffano, quien en un proceso de colaboración con las autoridades y líderes del pueblo dule realizó el documental “Cantamos para no morir”, una pieza de memoria audiovisual que narra las estrategias del pueblo gunadule de Colombia y Panamá para preservar su cultura, salvaguardar el territorio y mantenerse unidos a través del canto y el encuentro.