Medicina Tradicional

“Yo curo el espanto, lo cierro. El resto … no puedo hablar” (Flora Sinisterra)

‘El espanto’ es una enfermedad o mal común que se presenta en personas que han experimentado un golpe emocional fuerte que altera los nervios, que produce ‘miedo’ o ‘asusta’. Físicamente se manifiesta con fiebre, falta de apetito, silencios largos, entre otros. Cuando esto sucede, las y los guapireños acuden a las curanderas, usualmente mujeres, que practican la medicina tradicional. Esta práctica ancestral se fundamenta en las enseñanzas de los antepasados, en rezos y oraciones, y en el conocimiento profundo de plantas como la albahaca o el guayabo, que se cultivan en las azoteas de las casas o se recolectan a la orilla de los ríos.

La medicina tradicional es una práctica sagrada y reservada donde los métodos que se utilizan son únicamente conocidos por quienes la practican. Algunas utilizan oraciones, otras únicamente las hierbas, otras combinan las dos; al igual que otras prácticas, la medicina se enseña de generación en generación, a quienes deseen aprenderla y tengan el entusiasmo y la dedicación. Es una labor fundamental que garantiza no solo la preservación de saberes, sino la posibilidad de sanar a futuras generaciones como se ha hecho a través de los tiempos.

“el saber hay que irlo enseñando, porque como uno no es semilla, en cualquier rato se muere, entonces ya otras personas quedan” (Doña Ceferina)

También se cura otras enfermedades como el ‘mal de ojo’ que se le “pega” a las personas bonitas, a niños y niñas, a músicos, producto de celos, de moverse mucho fuera de su entorno, de los lugares comunes donde se está a salvo. Pero también enfermedades como la tifoidea o el “tabaldillo”, el paludismo que se cura con una hierba que se llama “zapatico” o “matarratón”. Enfermedades que antes se curaban con hierbas frescas, pero que ahora atienden los médicos profesionales en centros de salud.

Cuando se pregunta por la importancia de estos saberes, Doña Ceferina, curandera del corregimiento de Limones, cuenta que,

“uno acá en estos medios donde vive no tiene médico. Y uno con su medicina tradicional se cura. Aquí se ha curado mucha gente. Y antes nosotros no conocíamos médico acá en estas tierras y solo los curábamos con su medicina tradicional, y aquí están. Aquí nosotros damos los primeros auxilios. La medicina tradicional tiene valores, porque lo ha demostrado.”

Valor que se incrementa ante la ausencia y precariedad de servicios de salud pública, especialmente en las zonas rurales donde no se cuenta con médicos profesionales ni hospitales. La única opción asequible y efectiva es la medicina tradicional, la cual está altamente amenazada no solo por la imposición precaria de modelos medicinales modernos, sino por la fumigación con glifosato de cultivos ilícitos, que no solo afecta la salud de sus habitantes, sino que extermina las hierbas de azotea y productos de pancoger, que sustenta sus actividades alimenticias, productivas, y curativas.

“Así sea que a uno le estén dando el medicamento, uno no deja de usar sus medicinas tradicionales, porque uno se ha alentado con estas medicinas. Antes aquí vivíamos era de la medicina tradicional, porque no conocíamos acá médico. Y los ancestros, los antepasados, con su medicina tradicional gracias a Dios paraban sus hijos.” (Doña Ceferina)

NOTA: pieza audiovisual de medicina tradicional si se logra hacer

Abandono y presencia selectiva del Estado

Participation activa en fumigación con glifosato, abandono total en la presentación de servicios básicos.

Guapi Perfiles

Privado: Azoteas

Unguía Lugares Prácticas Corporales

Bebidas Tradicionales

Preparadas a base de Viche, ‘la bebida verde’

Guapi Prácticas Corporales
Cacao cultivado en Magilagundiwala (Arquía)

Plantas sagradas

“El cacao es la síntesis de la sabiduría del cosmos y la madre tierra, una medicina del corazón”

Unguía Perfiles