La música y la cultura se convierten en una de las pocas opciones disponibles para estos jóvenes; no solo es una ocupación y propósito de vida sino que permite a niños y jóvenes construir sus vidas lejos del conflicto y sus consecuencias. La cultura, practicar la música y otras tradiciones los protege de convertirse en ‘semilleros’ de grupos armados, haciéndolos menos vulnerables al conflicto y abandono selectivo del Estado.
Aquí radica la importancia de las agrupaciones y proyectos de formación musical como Escuela Tejiendo Saberes, Semblanzas del Río Guapi, Legado Pacífico, entre muchas otras. Estudiantes de la Escuela Tejiendo Saberes explican la situación de los jóvenes en Guapi con relación a la música, como una situación de 50/50, la mitad que le interesa la música y la tradición, y la otra mitad a la que no; los que están dentro del 50 que les interesa la cultura, animan al otro 50 para que sigan practicando como ellos mismos lo están haciendo.
“que toquen por ejemplo un bunde, que lo guarden, lo cuiden, lo protejan y nunca lo dejen ir” (Santiago)
Si no se fortalece los procesos, esa mitad interesada se comienza a reducir y ahí se termina. Unirse a estos procesos educativos lo hacen también para preservar las tradiciones.
“nosotros en la cultura no estamos obligados a aprender, nosotros mismos queremos practicar y aprender; aprender de la cultura del Pacífico, de Guapi que es lo que mas me gusta” (Pichi)
Esta es una de las principales motivaciones que tienen los jóvenes para unirse a los procesos de formación, junto con las sensaciones que estas músicas y tocar instrumentos les da. Asi cuenta Camilo,
“Cuando estoy tocando algún instrumento de la región Pacífica con calma, pues me siento bien, pero a veces uno como persona se equivoca” […] sigo tocando y siento que el cununo se conecta conmigo y empiezo a emocionarme y empiezo a tocar demasiado bien” (Camilo).
Para el profesor Juan Andrés Rentería (Pepe), tocar y enseñar estas músicas le permite “aprender de los más adultos porque ellos son lo que llevan la esencia de nuestro territorio, en los instrumentos y en todos sus saberes”, eso es lo que mas le “emociona”. Para Pepe, es muy importante enseñar a los jóvenes para que la cultura no se pierda; para no dejarla caer.
“es un regalo muy grandioso que el señor nos dio” (Pepe)
Yeimi y Yumeli, estudiantes de la Fundación Semblanzas del Río Guapi en el corregimiento de Limones, aprendieron a tocar la marimba e instrumentos tradicionales con sus familias, pero especialmente en los procesos de Semblanzas. Yumeli interpreta la marimba, los bombos y cununos, y a pesar de querer ser cantante de reggaeton, dedica tiempo a aprender las músicas tradicionales;
“es lo que hacen los ancestros, porque me gusta, me da alegría, y porque me nace hacerlo.” (Yumeli)
Jóvenes y adultos enfatizan que si esas tradiciones se pierden, se pierde su identidad como pueblo, “lo que somos”, su valor, “su cultura”. La práctica de la música y otras tradiciones es una manera de existir, de ser, de ocupar un lugar diferenciado en el mundo; al practicarlas se conserva y protege esa tradición; una manera de honrar a los ancestros, honrar lo que son, de aprender de ellos y de innovar y renovar esas prácticas, y compartirlas con el mundo.
Si bien las organizaciones trabajan principalmente alrededor de la música, se habla de una tradición mas amplia que incluye una cosmología y series de prácticas que determinan o identifican al pueblo guapireño; esto incluye la gastronomía, la medicina tradicional, el tejido de sombreros, la elaboración de artesanías, la construcción de instrumentos musicales, las bebidas tradicionales como el viche y la tomaseca, la carpintería, las casas de madera, las formas de pescar, entre muchos otros saberes. La música es una de las tantas tradiciones que los identifica, a través de la cual se aprende a su vez un entramado de saberes.
“En varios años seguramente habrá aún más transformaciones en la música o en las prácticas culturales, pero es necesario seguir realizando esas prácticas, desde la medicina tradicional hasta la oralidad, la música, la danza, todo. Es necesario que siempre existan esos sabedores y sabedoras en el territorio, es necesario que si hoy somos cien músicos, mañana seamos mil, si, es necesario que las instituciones educativas nos ayuden a que los estudiantes, sí, tengan conocimiento sobre la música, y porque no; que un muchacho cuando se gradúe de once por lo menos sepa tapar un cununo o arrullar un bombo, porque eso también nos ayuda a que el sistema cultural se fortalezca, A que la tradición crezca y la costumbre perdure, que esto perdure en el tiempo.” (Boris)