“Asi le enseño a mi hijo y a los muchachos de la escuela. Yo voy diciendo la estrofa y el va contestando, ‘el respondido’. Y así va aprendiendo” (Doña Cecilia)
El ‘respondido’ es el nombre que se le da a una parte esencial de los cantos tradicionales, o una forma de canto en sí. La cantadora principal canta un verso y las otras, ‘las respondedoras’, responden siguiendo el verso de la voz principal.
Eder Javier Camacho, maestro de Semblanzas cuenta que
“dentro de las respondedoras, las que responden son varias, incluyendo las bajoneras, pero hay unas voces, unas voces intermedias, que van entre haciendo bajón y contestando una forma de entonación, ósea, tiene un término medio que se entremezcla también entre todos, por eso en un arrullo encontramos 15 cantaoras, pero entonces hay una que va bajoneando y la una, o dos máximo que van chuleando, las demás van respondiendo de una forma más natural y concreta.”
Esta técnica o modo de canto se usa también como método de enseñanza de cantos tradicionales, convirtiéndose así en la manera en que distintas generaciones traspasan y salvaguardan sus saberes; junto con los cantos, las cantadoras y los maestros, esta técnica constituye un sistema de memoria a través del cual se traspasas de generación en generación la sabiduría ancestral.
Es escuchando, respondiendo, y repitiendo como se aprende a cantar en guapi, como lo cuenta cualquiera de las maestras cantadoras con quien se encuentre, como lo cuenta Doña María Caicedo:
“Yo empecé a cantar a la edad de 8 años, que me tenían que poner un cajón para yo pararme encima del cajón para yo poder alcanza donde estaban los instrumentos y ahí ya me cogí a cantar, cuando yo oía a mi mamá con mi abuela cantando […] y uno pues a lo que oía a los viejos cantando entonces uno les ponía cuidado como ellos cantaban, como hacían la cosa, entonces ahí, ahí aprendí yo a cantar”