“Para nosotros el río es la arteria principal de nuestro territorio, entendido este como la esencia misma de nuestra existencia y que está presente en cada una de las etapas de nuestras vidas. En él se entrelazan historias fantásticas mientras navegamos hacia las fincas y vemos los animales bebiendo en sus orillas, cuando sacamos de sus aguas los peces para alimentar nuestros cuerpos y espíritus ya que son parte de la magia del río que para nosotros es sinónimo de vida.
Antes el río fue como lo es ahora un lugar de diversión donde las familias salían y salen de paseo y regresan por la tarde recargados de energía, durante un tiempo y a causa del conflicto armado se fue perdiendo la conexión, por los desplazamientos forzados y la cantidad de cadáveres que bajaban a diario. Las personas tuvimos mucho miedo de encontrarnos en el río con los grupos armados legales e ilegales que habían convertido nuestro río en un cementerio. Las comunidades y entidades, al ver la situación del río, que era y es también la nuestra, deciden realizar un recorrido por el río para intentar revertir la situación. Por ello en el año 2003 se realiza “Atratiando: por un buen trato en el río Atrato”; se armó un grupo de teatro con personas de los distintos municipios y realizamos el montaje de la obra “El arca de Noé” haciendo alegoría a una lancha que hacía recorridos por el río Atrato y que cuenta el pasado presente y fruto del río desde la perspectiva de las comunidades e instituciones humanitarias. Eso permitió promover el empoderamiento comunitario y el crecimiento de quienes participamos en el recorrido.
Vivir en el Atrato, nos permite aprender la agricultura de subsistencia, la pesca artesanal, la cocina y las bebidas tradicionales afro, el tratamiento del cabello como símbolo de resistencia, la solidaridad, el respeto por el otro y el medio ambiente, medicina tradicional, tradición oral, ritmos y ritmos autóctonos…”
(José Luís Murillo, actor del grupo de teatro de Bojayá)