La Capilla de la Memoria es un colectivo conformado por mujeres que tienen como objetivo la construcción de la memoria histórica, ayudando a otras mujeres que sufrieron hechos victimizantes, como ellas, y perdieron seres queridos en el marco del conflicto armado colombiano.
Este grupo fue creado en el 2003 en la comuna 3 del Barrio Lleras, parte sur de la isla Cascajal de Buenaventura. Cuenta con un creado en la casa social de la Fundación Espacios de Convivencia y Desarrollo Social (Fundescodes), que se creó como un signo de reparación simbólica dentro del territorio. .
Con la ayuda de la parroquia San Pedro y la Fundación Espacios de Convivencia y Desarrollo Social (Fundescodes) se construye de la mano de la comunidad este espacio. Algunas de las estrategias dentro del espacio son el uso de fotografías como dispositivos de la memoria, los encuentros solidarios y actos religiosos en torno a la memoria, que consolidan una lucha contra el olvido y contra una política institucional de este.
El Observatorio Pacífico y Territorio, en su artículo Capilla de la Memoria de Buenaventura, para no olvidar, resalta el valor de la memoria del conflicto, en especial, de este espacio.
La vida está hecha de memorias, es una realidad que nos hace encontrarnos con nuevo pasado, nos conecta con nuestro futuro, ahí se recrea la vida presente y nos mueve en un mundo de experiencias vividas y abiertas. Ellas están en continuo progreso, no son estáticas, no son monumentos, sino experiencias, historias que contar, más aún, que esperan ser contadas colectivamente.
Como se especifíca en la página web de Fundescodes, la Capilla de la Memoria “se gesta en un ambiente ecelsial, pues no se puede pensar en la memoria del pueblo bonaverense sin tener de cerca el papel de la iglesia […]; fortaleciendo su postura de denuncia frente a las condiciones de exclusión, de discriminación racial y pobreza a las que han estado históricamente sometidas las comunidades negras del pacífico”
La organización tiene dos vías de acción: una, aportar a la Comisión de la Verdad en cuanto a memoria del conflicto; dos, el acompañamiento a las víctimas para restablecer su vida en el territorio de una manera digna.
En la página de la Red Colombiana de Lugares de la Memoria se reconstruye la historia de este proyecto a través del testimonio de una de sus integrantes: “La capilla empezó en la iglesia del barrio […], era nuestro único refugio, nadie hablaba de miedo, el padre nos reunía y ahí empezamos a llevar las fotos, ahí contábamos qué nos había pasado, muchas mujeres nos encontrábamos con los mismos problemas que generaba la violencia, eso nos dio fortaleza”.