Músicas de Marimba, Cantos y Danzas Tradicionales del Pacífico Sur

Las músicas de marimba, los cantos y danzas tradicionales son parte del legado cultural de las comunidades del Pacífico sur de Colombia. Si bien existen variaciones en algunos instrumentos, en las maneras de entonar el canto y en los ritmos, estas músicas son el centro de la tradición musical de los 14 municipios que integran esta región, desde el norte de Buenaventura hasta el sur de Tumaco. En Guapi, como en el resto de la región, estas músicas no se conciben separadas de la danza, ya que la expresión tradicional conjuga sonido y movimiento, y el cuerpo como lugar de la experiencia musical. La práctica tampoco se concibe separada de la construcción de los instrumentos, a cargo de maestros locales quienes en gran medida también son músicos. Los sabedores y sabedoras, que conocen los ciclos de las plantas y animales, son quienes se encargan de proveer los materiales: la guadua, la chonta y la madera, cortadas en los tiempos precisos y con los procedimientos adecuados, y las pieles de venado y tatabro. Estos sabedores pueden ser también constructores y músicos, o solo proveer los materiales para los instrumentos.

Las músicas de marimba son interpretadas por grupos de músicos y cantadoras que harmonizan con los sonidos de los instrumentos y las voces. La composición de los grupos puede variar, pero en general estos incluyen una marimba, uno o dos bombos, macho y hembra, uno, dos y hasta tres cununos, también machos y hembras y entre dos y cinco guasás, tocados por las cantadoras. La conformación de los grupos de músicas de marimba ha estado tradicionalmente ligada a la estructura familiar, de manera que determinadas familias en los poblados ribereños se han convertido en las guardianas de los legados culturales musicales y en centros de referencia para las celebraciones musicales.

Los conocimientos musicales y los saberes relacionados con la construcción de instrumentos se han pasado tradicionalmente de padres a hijos, de abuelas a nietas, a través de la tradición oral, la imitación y la repetición. El interés de las nuevas generaciones por tocar, cantar y bailar las músicas tradicionales se despierta sobre todo en fiestas patronales, arrullos y celebraciones donde se juntan jóvenes y viejos en torno a la fiesta, el goce y la espiritualidad. Los más jóvenes se van arriesgando a tomar un guasá, a darle algunos golpes a un cununo, a repetir algunos de los coros de un arrullo. A su vez, en las familias de músicos abuelos y abuelas van identificando a hijos y nietas que demuestran interés y talento para enseñarles a tocar la marimba, el bombo, el cununo y a cantar.  

La música hace parte de los grandes actos de la vida en Guapi. Las músicas de marimba, los cantos y las danzas tradicionales hacen parte de la cotidianidad, circulan en ambientes domésticos y comunitarios, con funciones festivas, espirituales y rituales. Los aires que se tocan, cantan y bailan con el grupo de marimba para las fiestas patronales, los casorios, el final del trabajo en minga o para estrenar una casa, cuando la casa se “pisa”, son principalmente el bambuco viejo, el currulao, el pango, la juga, la caderona y el andarele. Los aires que tradicionalmente se cantan sólo con acompañamiento de tambores son el bunde de arrullo y la juga de arrullo, para adorar a los santos o chigualiar a los niños que mueren. A capela se cantan los alabaos, en velorios de adultos. Los instrumentos tampoco intervienen en los cantos de boga que entonan mujeres y hombres mientras navegan a canalete por ríos y esteros, y las rondas de los juegos infantiles.

Los ritmos como el bambuco viejo y la juga, solían bailarse comúnmente en fiestas y en lugares emblemáticos que ya no existen; las casas de arruyo como La Relojera, en Guapi y los bailaderos de marimba, La Cueva del Sapo en Tumaco. Si bien hoy es menos común que estos ritmos hagan parte del baile cotidiano, muchos se han convertido en danzas con coreografías que son puestas en escena en fiestas patronales, eventos y festivales. Muchas de estas danzas evocan los quehaceres cotidianos tradicionales, representando actividades como la cosecha, la pesca, la minería, las fiestas patronales y la espiritualidad. Las instituciones educativas como el Colegio San José y la Normal Superior de la Inmaculada han sido fundamentales en la preservación de estas danzas tradicionales, con sus grupos de danzas que se presentan en sus fiestas patronales y concursos Intercolegiados. Los maestros y maestras también han participado en la creación de importantes cartillas que recogen los saberes locales sobre las músicas, cantos y danzas guapireños, consignados en la colección “Territorios Narrados” apoyada por el ministerio de educación nacional, y que hacen parte de un material etnoeducativo valioso.

Cartilla de la serie Rio de Letras, Danzas Guapireñas. Institución Educativa San José, Guali. Ilustraciones Deisy Daniela Paz. Ministerio de Educación Nacional, Save the Children, 2017.
Cartilla de la serie Rio de Letras, Negro he sido, negro soy, negro vengo, negro voy. Institución Educativa Normal Superior de la Inmaculada, Guapi. Ilustración Yadi Yiseth Lerna. Ministerio de Educación Nacional, Save the Children, 2016.

Las músicas de marimba comienzan a tener mayor reconocimiento por fuera de la región a partir de la década de los setenta, con la aparición de la orquesta del maestro Peregoyo, en Buenaventrura. Luego, en la década de los noventa, surge en Cali el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, que se convirtió en el mayor evento de difusión y encuentro de las músicas de marimba y cantos tradicionales. Allí se dan a conocer importantes músicos Guapireños como el maestro José Antonio Torres (Gualajo) y Hugo Candelario González, director del grupo Bahía, uno de los primeros grupos de música fusión desde la raíz de las músicas de marimba. También se comienzan a generar eventos zonales en los diversos municipios del pacífico para “clasificar” al Petronio. Esto estimula el surgimiento de nuevos grupos y anima los grupos existentes a juntarse para crear nuevos repertorios y participar. Estos fenómenos modifican algunas de las formas de transferencia de saberes y conocimientos en trono a la música y la danza tradicional.  En Guapi surgen escuelas donde niños y niñas aprenden las músicas tradicionales, los cantos y las danzas. Estas escuelas están vinculadas a los grupos que participan en los festivales y que desde los años 2010 sienten la necesidad de fomentar estas manifestaciones artísticas y culturales en las nuevas generaciones.

A partir de este Festival se acelera el encuentro musical del Pacífico con el mundo, y se generan fusiones entre las músicas de marimba y el jazz, la salsa, y el reggae y el rap. También en el contexto del festival surge la propuesta de reconocer las músicas de marimba y cantos tradicionales como patrimonio cultural. En el año 2010 el Ministerio de Cultura incluye las músicas de marimba y cantos tradicionales del pacífico sur en la lista representativa de patrimonio cultural en el ámbito nacional y aprueba su plan de salvaguardia. En 2015 la UNESCO reconoce la música de marimba y cantos y bailes tradicionales de la región colombiana del Pacífico Sur y de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas como patrimonio inmaterial de la humanidad.