El Grupo de Danza y Teatro de Bellavista, Bojayá, nace en 1995, con el apoyo del padre Jorge Luis Mazo, quien en compañía de una de las misioneras agustinas, incentivaron la participación de los jóvenes en los grupos juveniles que se estaban conformando en la época, con el fin de evitar la vinculación de los jóvenes a los grupos armados que comenzaban a hacer una fuerte presencia en la región. Con el asesinato del padre Jorge Luiz Mazo por parte de paramilitares el 19 de noviembre de 1999, el grupo le hace el homenaje retomando su nombre: Grupo de Danza y Teatro Jorge Luís Mazo.
Con apoyo de la Diócesis, se realizaron, año tras año, encuentros culturales y campesinos a lo largo de los municipios de orillas del Atrato. En estos encuentros los grupos juveniles realizaban presentaciones de teatro y danza, y otros artistas de la región participaban con sus chirimías, coplas, poemas y cantos. Muchos de los jóvenes que conformaron estos grupos profundizaron su conocimiento de las danzas tradicionales como la Jota, el Abozado, el Bunde, y participaron en concursos de danzas con otros grupos juveniles de toda la región. Lubinelly, participante del Grupo de Danza y Teatro Jorge Luis Mazo, narra sobre estos encuentros “era una cosa muy bonita, entonces aparte de que uno compartía, vivía lo que era la danza, compartía, también hacía amigos, también hacía comunidad, también hacía resiliencia, todo ese proceso le ayudaba a uno a superar cualquier conflicto o dificultad que había en la comunidad”.
A pesar de que el desplazamiento forzado posterior a la masacre del 2002, trajo consigo la disolución temporal del grupo, la conmemoración del primer año de la masacre motivó el reencuentro de algunos de sus participantes. Durante este año, a través de la Diócesis se impulsó un proceso de formación y articulación teatral que resulta en la creación del Movimiento Interétnico Resistencia Teatral-MIRT conformado por población afro, indígena y mestiza que practican el hacer teatro en sus comunidades, generando que los procesos teatrales de la región tuvieran un mayor alcance y relevancia. La oportunidad de hacer teatro, significó entonces para los integrantes del grupo de Bellavista, la oportunidad para “mostrar las atrocidades a través del arte y no hacerlo con voz propia, sino como con la voz de la comunidad”.
(José Luis Murillo, entrevista grupal, 2019)