Colectivo Teatral de Bojayá

En 1995 surge en Bellavista, Bojayá un Grupo de Danza y Teatro, con el apoyo del padre Jorge Luis Mazo, quien en compañía de una de las misioneras agustinas, incentivaron la participación de los jóvenes en grupos juveniles, con el fin de fortalecer su sentido de pertenencia territorial y sus relaciones entre pares, en un momento en el que los grupos armados comenzaban a hacer una fuerte presencia en la región. Con el asesinato del padre Jorge Luiz Mazo por parte de paramilitares el 18 de noviembre de 1999, el grupo le hace homenaje retomando su nombre: Grupo de Danza y Teatro Jorge Luis Mazo. Este grupo participó, entre 2000 y 2005, en los encuentros culturales apoyados por los misioneros claretianos y la Diócesis de Quibdó, realizados en diversos municipios a lo largo del río Atrato.

A pesar de que el desplazamiento forzado posterior a la masacre del 2 de mayo de 2002, causó la disolución temporal del grupo juvenil de Bellavista, la conmemoración del primer año de la masacre motivó el reencuentro de algunos de sus integrantes. Varios participaron en la creación de la primera obra conmemorativa, “Los Muertos Hablan”, otros conformaron un equipo de comunicación audiovisual, otros fueron parte del público y experimentaron por primera vez una puesta en escena sobre sus propias vidas. Sin lugar a dudas, esta primera obra movió en muchos jóvenes una pasión por el teatro. Si bien jamás se ha consolidado como un grupo de teatro permanente, el Colectivo Teatral de Bojayá se ha reunido de manera intermitente para crear una narrativa propia, fundada en el deseo y la necesidad de expresar lo ocurrido en sus comunidades con voz propia. 

Boris Velásquez, es uno de los participantes más antiguos del Colectivo. Comenzó haciendo parte de los grupos juveniles de danza en Bellavista, y participando en los encuentros culturales que se realizaban a todo lo largo del río Atrato. Poco antes de la masacre de Bojayá, Boris se desplaza a Quibdó, por temor a ser reclutado por los grupos armados, y ahí se vincula a la fundación Chocó Teatro, coordinada por el profesor Hipólito Aragón Sepúlveda.  Había ya creado lazos con este grupo de teatro en el encuentro cultural de Tagachí, en el año 2000. En mayo de 2002, muchos de sus compañeros y compañeras de Bellavista llegan desplazados a Quibdó, donde Boris los anima a vincularse al teatro. Uno de estos compañeros, Ervin Perea, reflexiona sobre ese momento, planteando que el teatro en Quibdó fue un espacio que les permitió “sanar sin darse cuenta”. Boris participa en “Los Muertos Hablan” (2003) y posteriormente en “La Historia se Repite” (2005), “Entre las Ruinas” (2012), y “Honrar a los Sagrados Espíritus” (2019). 

Elvia Mosquera y José Luis Murillo, son dos integrantes del colectivo con larga trayectoria. Durante esa primera conmemoración en 2003 integraron el equipo de comunicación audiovisual, pero presenciar la obra de “Los Muertos Hablan” los motivó a unirse al proceso teatral que impulsaba en el Atrato la Diócesis de Quibdó. 

Elvia narra el impacto que tuvo una de las escenas de esta primera obra, donde cada integrante le escribe una carta a un familiar, una compañera, un amigo, que perdieron en la masacre: “entonces ahí también se me prendió la chispa cuando vi la primera obra. Y me moría también cuando yo escuché que cada uno de los actores le escribió una carta a cada una de las víctimas, entonces yo dije, si hubiera estado en esa obra le escribo una carta a mi mamá (…)” Elvia, entrevista grupal, 2019. Fue así, como el deseo por expresar todos los sentimientos a su madre, fallecida en la masacre, movilizó la incorporación de Elvia al colectivo teatral. A partir de entonces ha participado en todos los procesos teatrales realizados dentro del Colectivo Teatral de Bojayá: “La Historia se Repite” (2005), “Entre las Ruinas” (2012), y “Honrar a los Sagrados Espíritus” (2019). 

Jose Luis Murillo se integró junto con Mercedes Perea al grupo de multiplicadores seleccionado por Inge Kleutgens en 2003, lo cual lo llevó a participar en otras obras con jóvenes de Vigía del Fuerte, Riosucio, Quibdó, Murindó, entre otros. Fue así como su primera obra, “El Arca de Noé”, recorrió el Atrato durante la peregrinación denominada “Atratiando”, reclamando “un buen trato en el río Atrato”. Jose Luis Murillo ha participado en “El Arca de Noe” (2003), “Hoy es un Día Especial” (2004), “La Historia se Repite” (2005), “Hombras y Mujeros, Dulce y Amargo” (2006)  “Ausente” (2009), “Entre las Ruinas” (2012) y “Honrar a los Sagrados Espíritus” (2019).

Con el paso del tiempo se han ido sumando otros integrantes, John Pinilla, por ejemplo, tal como lo afirma es uno de los participantes más nuevos. John se vinculó al Colectivo a partir de la Obra del Perdón, en 2015, una obra creada para el acto de reconocimiento de responsabilidad de las FARC en la masacre de Bojayá. Pinilla se sintió motivado por la idea de “aportar ideas y manifestar un un poco lo que son denuncias a través del arte” y con la fuerte convicción de “seguir creciendo y con ganas de que los nuevos, las futuras generaciones que vienen, que es los muchachos que hoy en día estamos, puedan quedar con el legado, que no se nos pierda un poco lo que son esas costumbres, esas maneras de manifestar, de reclamar, como siempre lo hemos venido haciendo” John Pinilla, entrevista grupal, 2019. 

El deseo porque las nuevas generaciones continúen reclamando y resistiendo a través del arte, ha permitido que otros jóvenes se vinculen al Colectivo. La más reciente obra,  “Honrar a los Sagrados Espíritus” fue creada con la participación de nuevos actores y actrices para el acto de entrega final de las víctimas de la masacre en 2019. Aunque algunos de ellos incluso no habían nacido para el 2002, manifiestan que disfrutan hacer teatro porque “eso me hace acordar de muchas cosas, porque yo cuando más pequeño a mí me gustaba mucho andar en el río, íbamos en canoa por el viejo pueblo a buscar guayabas, limones, a canalete, a mí me encanta eso”. Además porque a partir de la representación de los hechos, tal como lo afirma Héctor, “hemos aprendido muchas cosas (…),  a mí nunca me habían dicho que esos cuerpos los habían enterrado en una sola parte, no sabía eso y ahí en la obra fue que me fui dando cuenta cómo fue todo el proceso”. También, de la participación dentro del Colectivo rescatan la importancia de hacer teatro “a través del teatro usted expresa cosas que han pasado, usted demuestra prácticamente la realidad de las cosas para que la gente lo pueda entender, pero de una, de una forma silenciosa (…)” Héctor, entrevista 2019. 

La participación en el Colectivo Teatral de Bojayá ha gestado importantes liderazgos en esta comunidad. La mayoría de quienes integraron esas primeras obras ahora hacen parte fundamental del comité de víctimas, del comité 2 de mayo, del equipo de comunicaciones, jugando un papel importante en los procesos sociales, políticos y culturales de la región, aportando a los logros en materia de reparación colectiva en Bojayá.