“Atratiando”

“Atratiando” es como se le conoce a dos grandes peregrinaciones por el río Atrato, una en 1999, la otra en 2003, reclamando “buen trato al río Atrato” y el cese de los hostigamientos dirigidos a la población civil. Estas movilizaciones, impulsadas por la Diócesis de Quibdó,  vincularon a todas las comunidades que conciben el río Atrato como parte central de su esencia, de su cosmovisión y de su cotidianidad. Para estas comunidades el río es medio de transporte y de subsistencia, comunica por sus afluentes y esteros a los múltiples y diversos territorios, es paisaje familiar y presencia ancestral que sustenta la vida misma. La agudización del conflicto armado en esta región implicó un bloqueo armado del río, donde la población civil se convirtió en el blanco central de la guerra. La primera gran peregrinación-movilización se realizó entre el 30 de junio y el 3 de julio de 1999, la segunda, en noviembre de 2003, saliendo de Quibdó en embarcaciones que se detenían en todos los municipios ribereños para compartir y visibilizar los testimonios de las comunidades, expresadas a través de discursos, comunicados, pancartas, danzas, alabaos, versos, obras de teatro, chirimías y presencia de la población con actos simbólicos con velas, banderas y cantos. 

Desde finales de los años 90 los grupos paramilitares tenían retenes donde hostigaban a los pobladores en Quibdó, Beté, Bellavista y Vigía del Fuerte. En el bajo Atrato había retenes paramilitares en Turbo, Riosucio, Bocas del Atrato y Vigía de Curbaradó. En otras zonas había retenes guerrilleros que amedrentaban a los pobladores, limitando su circulación por el río. Los actores de la guerra limitaban el transporte de alimentos, amenazaban a quienes provenían de otras cuencas, revisaban con listas en mano los documentos de los viajeros y, en muchas ocasione,s se apoderaban de las pertenencias de los pobladores. En las comunidades que se desplazaban, los armados saqueaban las viviendas y destruían los bienes comunitarios.

Estas fueron las razones que llevaron a la pastoral social de la diócesis que Quibdó a impulsar la campaña “Atratiando, por un buen trato al río Atrato”, que contó con el apoyo de las agencias de cooperación, naciones amigas, ONGs, delegados de iglesias hermanas, organizaciones populares y medios de comunicación.

Las lanchas que bajaban por el río Atrato amplificaron los los testimonios de muchos que rompieron con el cerco impuesto por la guerra. El país y el mundo pudieron conocer la situación en la que se encontraban las comunidades, confinadas o desplazadas, a lo largo el río Atrato. Para el ‘Atratiando’ realizado en 2003 y como parte del proceso de formación teatral en el Atrato, jóvenes de Bojayá se integraron a la creación colectiva de El arca de Noé, una obra de teatro que narra las dificultades del confinamiento y que fue presentada en todas las poblaciones donde detuvo la peregrinación durante la travesía desde Quibdó hasta Turbo.